sábado, noviembre 22, 2025

Es muy sonado que los perros y los gatos no se llevan bien, incluso existe una frase que dice así: “parecen perros y gatos” porque la idea general es que cuando viven juntos, solamente se estarán peleando, pero entonces… ¿Es esto un mito o realidad? ¿Ustedes que opinan?

La realidad es que, si no se les enseña a convivir desde que ambos son cachorros, ellos no se llevarán bien de manera natural y tendrán muchas peleas, ya que principalmente el gato es quien tendrá mucho miedo si el perro se le acerca, por eso es importante que cuando ambos tengan pocos meses de vida empiecen a convivir, para que puedan aprender a tener una sana convivencia, pero sobre todo, para que aprendan a respetarse y así puedan convivir pacíficamente entre ellos.

Lady (una de mis perritas) no aprendió a relacionarse con los gatos, porque de cachorra nunca convivió con ellos y ya siendo ella adulta, cuando llegué a llevar gatos a la casa para buscarles hogar, ella estaba muy atenta afuera a la puerta del lugar donde los tenía, se notaba que le daba una enorme curiosidad por saber qué era eso que olía diferente a un perro. Yo ya sabía que Lady tiene muy desarrollado su instinto de caza, por eso mejor siempre tome mis precauciones y nunca la dejé sola con un gato, porque no sabía si al no tener vigilancia, el gato pudiera haber sido lastimado.

Recordemos que, así como Lady, algunos perros tienen más desarrollado su instinto de caza que otros, y es por este motivo que ellos pueden querer perseguir a un gato para atraparlo.

Aun así, es posible ir haciendo gradualmente el proceso de adaptación de ambos, podemos empezar por presentarlos, pero debemos de estar siempre al pendiente y nunca dejarlos solos, después podemos tomar un trapo que este impregnado del olor a perro y dárselo a oler al gato, y al revés le damos al perro un trapo que este impregnado del olor a gato para que se vayan familiarizando con los olores de la otra especie.

Los perros son seres sumamente sociales, pero los gatos no tanto, entonces siempre el gato es el marcará las pautas de convivencia con el perro, es decir, el gato es quien dirá si tiene ganas de que se acerque el perro, y de igual manera si el gato quiere jugar. Si el pequeño minino no esta de humor el lenguaje de él será claro, y quizá le dará un manotazo en señal de: “no quiero que me molestes”.

Los perros generalmente están de buen humor, ellos nunca (o casi nunca) están de malas, pero los gatos si tienen distintos humores, a veces si quieren jugar, estar contigo, pero otras veces no porque simplemente quieren su espacio para estar solos y que nadie los moleste entonces el perro tiene que ser precavido para no salir lastimado con un arañazo.

Otro punto importante es que, como son de distintas especies, entre ellos pueden llegar a tener problemas de comunicación, porque evidentemente no tienen la misma forma de expresarse, por ejemplo, si un perro mueve la cola quiere decir que está contento. pero si un gato mueve la cola, nos quiere decir que esta enojado, así que entre ellos puede haber algunos malos entendidos y pueden llegar a lastimarse, es por esto que, como lo mencioné antes, si se les enseña a convivir desde pequeños pueden aprender a conocerse, respetarse y entenderse perfectamente bien, e incluso podremos llegar a verlos jugar entre ellos y tenerse tanta confianza que podrían hasta dormir juntos.

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