Alguna vez en nuestra vida hemos pasado por la pérdida de un perrito, gatito o algún animal de compañía, algunas personas viven esta pérdida con mucho dolor, quizá más dolor incluso que el que sentirían si se hubiera muerto un familiar. Te quiero decir que, si te ha pasado esto, ni estás loco ni estas mal, ya que es perfectamente normal que sientas una enorme tristeza por la pérdida de una mascota.
La gran conexión y relación que los humanos tienen con los peludos es muy grande, para un adulto, un niño o una persona de la tercera edad, un animal puede convertirse en su sentido de vida, una razón para levantarse de la cama, su responsabilidad y la fidelidad absoluta; muchas veces puedes pasar con ella quizá más tiempo que con cualquiera de tu familia, te acompañan en la casa, salen a pasear contigo, duermen en tu cama e inclusive hasta al baño te acompañan ¿Verdad que no miento?
De las mascotas recibimos mucho amor, lealtad, consuelo y una gran compañía, sabemos perfectamente que ellos siempre nos esperan en casa y nos reciben con gran alegría, por eso es por lo que al perderlos nos duele tanto su ausencia, un momento difícil es llegar a casa cuando ellos se han ido porque ya no estarán para recibirnos y es en ese momento cuando sentimos un gran vació en nuestros corazones.
Para algunas personas los lazos que hay entre un humano y una mascota pueden alcanzar niveles difíciles de comprender, tus familiares y amigos te preguntaran porque estas así, si tan solo era un perro, te tratarán de convencer de que no es para tanto, mientras se rascan la cabeza y ponen cara de asombro combinado con impaciencia, (tenles paciencia, aunque no te comprendan, ellos te aman y quieren que estés mejor)…
Solo los que tenemos el privilegio de amar y ser amados por una mascota sabemos por qué nos duele tanto su partida, nuestras mascotas (incluyendo por supuesto a los perros) hacen todo por vernos y hacernos sentir felices, por tal motivo, cuando parten en su último viaje, ellos quieren que no estemos tristes, que estemos contentos.
Este es un duelo que puede llegar a ser inhabilitante, igual que lo que puede ser el perder a un ser humano muy querido, que nos puede doler hasta lo más profundo de nuestro ser.
Una manera de empezar a elaborar el duelo es rendirles un homenaje, puede ser que hagamos un cuadro con fotos donde pasamos momentos muy felices, podemos poner su collar y su plaquita en algún lugar especial, hacerle una carta diciendo todo lo que sentíamos por él. Recuerda darle las gracias por haber estado contigo y tener la satisfacción de haber cumplido con nuestro deber, es decir que los cuidamos, fuimos responsables y fuimos muy amorosos con ellos. Honremos el lugar que ocupo en nuestra familia.
Ellos siempre ocuparán un lugar en nuestros corazones, siempre los tendremos presentes y cuando llegue el momento de la aceptación de su partida, recordaremos todos los momentos bellos que vivimos con ellos, (esto me hace recordar una conferencia a la que asistí donde se tocaba el tema del duelo, y ahí mencionaron que cuando recordamos desde el amor y no desde la tristeza es cuando hemos aceptado que ya no están)
Si la vida nos permite despedirnos de nuestras mascotas antes de partir, digámosles que vamos a estar bien que no se preocupen que ya se vayan a descansar, ellos cumplen un tiempo como nosotros y muchas veces ellos sienten nuestro dolor y les es más difícil partir.
Cuando decidimos que se les practique la eutanasia porque definitivamente ya no hay nada que hacer para curarlos y ellos están sufriendo mucho, nuestro consuelo será que ya no les dolerá nada y que ya descansaran en paz en el puente del arcoíris, o en el cielo de los perros y las mascotas (si así tú lo crees).
Después de un tiempo vuelve a darle una oportunidad a otro perrito, gatito o a otra mascota para que vuelvas a llenarlo de mucho amor y él te pueda brindar todo lo que una mascota sabe dar, que es amor, lealtad, compañía, consuelo y fidelidad. Los perros en especial son muy empáticos con el humano, ellos sienten nuestras tristezas, alegría y nos aman tal cual somos.
Cuando fallece una mascota, no se remplaza con otra, porque ellos no son cosas, son seres únicos y nadie va a ocupar el lugar del otro, cada uno es diferente, honremos su memoria y después de un tiempo, si así lo decidimos démosle un lugar nuevo y único a otro nuevo miembro de la familia.
Recuerda que hay muchas personas que te entienden porque han pasado por lo mismo, y no estás mal por llorar o sentir una enorme tristeza por perderlos, tu dolor es muy válido. Si sientes que este dolor te rebasa pide ayuda con un tanatólogo, ya que ellos comprenden las pérdidas y que el sentir un dolor profundo por la muerte de una mascota es igual de valido que el dolor que se siente por perder a un ser humano.
Si has perdido una mascota sea perrito, gatito, caballo, pececito, te quiero decir que en verdad lo siento mucho, te mando un sentido pésame y te aseguro que te entiendo, porque yo ya pasé por esa pérdida y sé muy bien que nuestras mascotas quieren vernos bien.
Los invito a reflexionar sobre cuál fue la más grande enseñanza que les dejó su perro, gato, hurón, ratón, pez o cualquier otro animal de compañía que hayan tenido y si les parece bien, compártanlo en los comentarios.
Por mi parte, creo que la mayor enseñanza que me dejaron fue a amar sin condiciones.
Si quieren ahondar más en el tema pueden ir a YouTube y ver “La muerte de una mascota” con Gaby Pérez , así como también apoyarse en el libro “Cómo curar un corazón roto” escrito también por Gaby en este libro encontrarán un capitulo completo en donde habla de la pérdida de mascotas, les dejo las ligas aquí abajo:
El Libro:
El video:

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