¿Habían escuchado alguna vez hablar del síndrome del perro negro?
Desgraciadamente, los perritos negros no se salvan de sufrir discriminación por su color, los protectores de animales hablan mucho sobre este tema, porque se han dado cuenta de que tardan mucho más tiempo en encontrar un hogar para un perrito negro, que para un perro de cualquier otro color.
Consciente, o inconscientemente, algunas personas rechazan al perrito negro y prefieren siempre a uno blanco, café o de cualquier otro color, pero si es un perro negro, no lo quieren sin importar nada.
Por increíble que parezca, si existe cierto rechazo por los pequeños perritos y gatitos de color negro, para algunas personas es muy importante el color de su pelo, y los ven como si se tratara de una cosa, o de un artículo, siendo que lo más importante de un perro es la felicidad y el cariño que nos pueden dar.
Muchas veces los perritos y gatitos de color negro acaban siendo sacrificados, porque duran muchos años sin poder adoptarse, esta es una situación muy triste, ya que su apariencia física no determina su forma de ser, y ellos nos van a dar el mismo amor y compañía que cualquier otro amiguito de otro color.
He escuchado que por superstición algunas personas les tienen miedo a los animales de color negro, los cuentos, las tradiciones, el cine, la televisión y la literatura comúnmente muestran que los perros negros son agresivos o violentos, y que los gatos negros traen mala suerte. Esto ha hecho que este sea un color que se asocie con lo negativo o lo malo, porque la sociedad y los estereotipos así nos lo han hecho creer, en cambio, un animal blanco esta relacionado con la paz o lo bueno.
Es muy importante que no discriminemos a los peluditos por su color de pelo, o por si no son perfectamente bonitos, o por si son de raza o son mestizos, porque lo realmente importante de un perrito o gatito no es su color de pelo o piel, sino como es como individuo y toda la alegría que nos puede dar, lo cariñosos que pueden ser y la gran compañía que nos proporcionan.
A veces sin pensar podemos ser crueles con otros, incluidos perros y gatos, y ellos no entienden porque pasan tanto tiempo en los refugios, y menos porque tristemente son sacrificados solo por ser negros.
Mi querida Layla era negra, y su color de pelo no fue un impedimento para que me diera todo su amor, y me enseñara tantas lecciones, su parte realmente importante fue su interior, y cómo ella impactó mi vida, los invito a ver más allá del físico, y ver lo realmente valioso de un ser vivo.
¿Has sabido de alguien a quien no le gusten los perros negros? Cuéntanos en los comentarios.

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