Sé que un día serás un perro viejo, y sé que me tengo que preparar para afrontar esta etapa de la mejor manera y con la mejor actitud posible…
Te daré todo lo mejor que pueda, y pasaremos esta etapa con los mejores cuidados y amor, con las mejores medicinas y la comida especial que te recete el veterinario para que puedas tener calidad de vida.
Ten por seguro que cuando llegue ese momento yo estará para ti, porque sé que me vas a necesitar mas que nunca en tu vida, te llenaré de mimos y cuidados, con la promesa de que seré muy paciente contigo, mi querido perro viejito.
Que nunca pase por tu cabeza que en algún momento voy a dejar de quererte, o que voy a abandonarte, recuerda que lo que realmente se ama es hasta el final y para siempre.
Sé que tal vez un día ya no podrás ver, y a partir de ese momento seré tus ojos para guiarte cuando camines, te mostraré la vida de otra manera, para que aun así puedas disfrutarla y ser feliz.
Cuando ya no puedas caminar y valerte por ti mismo, te tomare en mis brazos y te llevaré cargando. Jamás me pesará cuidarte, lo haré con gran devoción, por el amor tan grande que te tengo.
Cuando enfermes te daré tus medicinas con toda la paciencia y el amor del mundo, sin importar que las regreses una y otra vez porque no te gusta su sabor, y velare tu sueño hasta saber que te sientes mejor
Cuando tu mente empiece a fallar y te quedes horas mirando hacia un punto fijo, ten por seguro que seré paciente y entenderé que lo que haces no es con ninguna mala intención. Comprenderé que, si te haces pipí o popó cerca, o en tu cama no es porque seas sucio.
Aún recuerdo que te asustabas mucho cuando escuchabas los truenos y los fuegos pirotécnicos, siempre te ibas a refugiar conmigo porque yo era lo más seguro para ti, si pierdes el oído, eso ya no va a asustarte, sin embargo, trataré de ser cuidadosa para no espantarte cuando te quiera acariciar o llamarte a comer.
Te prometo que cuando vayas perdiendo tus capacidades, te llenaré de un inmenso amor, y te proporcionaré todo lo que este a mi alcance para darte la calidad de vida que mereces, no me importará si tengo que darte veinte medicinas al día, si tu comida es más cara, si tengo que llevarte al veterinario cada semana, o si tengo que gastar en análisis para saber cómo va tu enfermedad.
Cuando ya estés muy cansado y tengas que partir, tomaré tu patita con todo el amor que te tengo y hasta tu último suspiro estaré para ti.
Sé que ese día será muy doloroso para mí, pero me quedaré tranquila porque hice lo humanamente posible porque estuvieras bien mientras vivías, y eso me reconfortará el alma, porque lo que se ama se cuida y respeta. Ahora solo espero que descanses en paz.
Mi querido perro viejito, siempre te llevaré en mi corazón como el mejor amigo que pude haber tenido, gracias por la compañía, fidelidad, alegría y amor que me brindaste, te amaré por siempre.
Desde que llegaste a mi vida te prometí que siempre te iba a cuidar y así será hasta la última noche que vivamos juntos, toda esa noche la pasaré en vela cuidándote con todo el amor y paciencia del mundo. Solo espero que no faltes a la cita en el puente del arcoíris porque sé que ahí te volveré a ver para nunca más separarme de ti.

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